viernes, 17 de febrero de 2012

El Matrimonio Homosexual en la realidad actual

El tema está actualmente sobre el tapete, con especial énfasis en el primer mundo, y es importante fijar una posición respecto a si procede o no legalizar la unión entre dos personas del mismo sexo, ya que formamos parte de la sociedad mundial y tenemos voz y voto en la misma, por la membresía que nos da el hecho de ser humanos conscientes y protagonistas de nuestro tiempo, contexto y vida. A continuación se resumen algunas de las posiciones de los grupos que se oponen a su legalización (texto en color negro) y puntos de vista diferentes, que apoyan la legalización de la unión homosexual (argumentos en color azul):

-> El término “matrimonio” perderá su significado al legalizarse la unión de dos personas del mismo sexo. Es cuestión de semántica.
<- Sí, es cuestión de dar el correcto significado al término, cuyo origen latino, matris munium, equivale a “cuidado de la madre” (Significado que no incluye al otro sexo). Es importante mencionar que muchos activistas prefieren utilizar el término “unión civil” en vez de la palabra matrimonio.


-> El papel social del matrimonio tradicional es que supone un compromiso formal, indisoluble y para toda la vida.

<- Sólo en teoría es así. Estadísticamente, el número de divorcios compite con el de actos matrimoniales, ya que una misma persona puede casarse una y otra vez, si deshace legalmente la unión anterior. Sin hablar de los casos de adulterio, poligamia, concubinato y otras realidades sociales y culturales que afectan dichas estadísticas.

-> La reproducción a través de la familia garantiza la supervivencia de la especie humana. La unión gay no puede generar hijos, es estéril.
<- Las personas que conforman una pareja gay no son necesariamente estériles. Por otra parte, pueden llegar a establecer esa relación de pareja ya con hijos propios o tenerlos dentro de ella, fecundando a una persona del sexo opuesto con previo acuerdo entre las partes, o usando la fertilización in vitro, entre otros recursos científicos. Además, una pareja heterosexual no siempre se une para “perpetuar la especie”, lo cual aplica por igual para una pareja homosexual.

-> El matrimonio heterosexual es constitucional, el gay no. La ley internacional del matrimonio lo dice claramente en uno de sus postulados: “el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica”. El derecho legal sobre los bienes comunes, en el caso de una pareja gay, no necesita del matrimonio, porque puede quedar definida por las partes firmando un acuerdo ante notario y registro público.
<- Obviamente la unión gay no es constitucional, porque aún no existe una ley mundial a favor del matrimonio del mismo sexo que asegure los derechos de ambos cónyuges. Su ausencia perjudica actualmente los derechos (en caso de muerte) de la pareja sobreviviente, que queda desposeído a favor de los herederos del difunto. La falta de esa ley también impide el reparto legal y equitativo de los bienes en vida, en caso de separación, o poder asegurar el bienestar de los hijos adoptados por la pareja gay, cuando ésta termina por cualquier causa. De ahí la lucha por alcanzar la aprobación de esta ley.

-> El matrimonio pierde credibilidad si se legaliza la unión gay, por la inestabilidad y promiscuidad que caracteriza a esta última. Además, la demanda social no justifica que se legalicen las uniones gay, porque el acto del matrimonio es mayoritariamente heterosexual en todo el mundo, donde la población homosexual sólo representa una minoría.
<- No se ha censado la población gay mundial, por razones obvias. Tampoco se ha medido el nivel de promiscuidad asociado con cada orientación sexual. Por otra parte, el argumento de que la demanda social no justifica dicha legalización atenta contra los derechos humanos de las minorías y, por ende, las discrimina.

-> El matrimonio heterosexual, por ser monógamo y estable, es el principal obstáculo para que la población gay aumente su poder dentro de la sociedad, que abarca moda, ocio, turismo, sexo, distracción, comunicación e íconos. De ahí el empeño gay en equipararse legalmente con la mayoría heterosexual, para acrecentar su poder sobre la sociedad de consumo y pasar a ocupar esa posición de mayoría.
<- Es innegable que la popularidad creciente de la “moda gay” a nivel mundial merece un estudio más profundo que la simple asociación con una búsqueda de poder. Y aún en este caso exige un análisis sociocultural mucho más amplio. La preocupación sobre el tema gay hace evidente esta necesidad. Y no puede obviarse en dicho análisis que todavía no se ha comprobado científicamente la causa u origen de la orientación homosexual, o no habría polémica al respecto. Además, la palabra “estable” como una generalización del matrimonio heterosexual es cuestionable.

-> Hacer legal la unión gay equivale a limitar la libertad de expresión y penalizar a quien desafíe lo homocorrecto. Es decir, aumentar el poder de los activistas gay sobre la población heterosexual y discriminar a ésta.
<- ¿Acaso este debate no surge por la discriminación que la sociedad hace de la persona homosexual, a quien penaliza de muy diversas maneras por no ajustarse a lo heterocorrecto?.

-> El deseo de supremacía gay busca destruir la única institución que tiene el poder de traer hijos al mundo, la sagrada institución del matrimonio, para hacerse con ese poder.
<- El calificativo de “sagrada” es, por decir poco, algo subjetivo y relativo, imposible de probar. Cabe mencionar que el matrimonio institucionalizado vino a reemplazar el papel mayoritario del concubinato, como fórmula social de unión de pareja, solamente desde principios del siglo XIX. Y no puede afirmarse que el matrimonio sea la única institución con el poder de engendrar, ya que no es despreciable la cantidad de hijos nacidos fuera del matrimonio civil o religioso, a nivel mundial, en cualquier época.

-> De validarse la unión legal dentro del mismo sexo, la aprobación de adopción para esas parejas será la siguiente victoria gay, lo que aumentará el número de homosexuales y dañará a esos hijos adoptados con trastornos de identidad de género o posibles abusos sexuales paternos. Además, sufrirán por el rechazo y los prejuicios del resto de la sociedad.
<- Tales prejuicios y ataques de la sociedad contra el individuo gay es lo que justifica la lucha para que social y legamente no se le discrimine. La conducta homosexual, los trastornos por identidad de género y toda la cruel vivencia de quienes son actualmente rechazados por su orientación sexual, son una patética realidad, cuando todavía no existe la legalización de la unión gay o la aceptación social de dicha condición. Por objetividad se impone la igualdad de los derechos humanos, sea la persona gay o no.

Desde esta óptica de validación civil y religiosa de la unión entre dos personas, óptica afectada por todo lo que atañe al sexo de los contrayentes, y a la discriminación por edad, estatus, miedo a los cambios, rechazo a lo diferente, defensa de la igualdad, reputación, derechos humanos, intereses económicos, paradigmas culturales, dogmas religiosos, conveniencias políticas o lucha de poder, entre tantos otros factores, es que el tema del matrimonio entre personas del mismo sexo levanta la polvareda que lo hace acreedor a figurar entre los temas polémicos que ocupan a la sociedad actual y a este blog, abierto a cualquier comentario y aporte nutritivo por parte de nuestros lectores.

Escrito por: Gustavo Löbig


Resultados de la Encuesta: